10 jun 2013

Las Franquisicias desembarcan en La Laguna

Estimados compañeros,

En el día de hoy les traemos una noticia que consideramos de interés general para todos y que pueden ver en su formato original clicando aquí.

"El casco histórico de la ciudad de La Laguna ha visto, en los últimos meses, como sus vías se llenan de franquicias. En solo dos calles, Herradores y La Carrera, se pueden contabilizar más de 20 delegaciones de este tipo de multinacionales que repiten su modelo comercial allá donde se instalan y cuyos inversores obtienen el derecho de explotación de un producto y su imagen de marca.

La ciudad, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1999, combina tiendas tradicionales con otras en serie de nombres raros como los de los helados de yogur O!mygood, Smöoy y Llaollao. Pero hay muchas más: las boutiques del pan y los dulces Panaria y Granier, Party Fiesta de productos de regalo, las marcas de móviles, los donuts de colores de Doopies & Coffee, Cien Montaditos, los pubs de estilo americano de Scooters...


Pero no solo son empresas alimenticias y teléfonos. La Laguna no se escapa de las Compro Oro, ni de las conocidas firmas de ropa como Springfield o Mango. Estas últimas se implantaron hace más tiempo, pero todas han contribuido a cambiar de alguna manera el paisaje de las peatonales, desde los vasos de plástico de los batidos que portan los jóvenes mientras pasean pasando por los llamativos rótulos de las tiendas.

Juan Antonio Alonso, concejal de Comercio del Ayuntamiento de La Laguna, considera que es algo "positivo" que nazcan nuevas empresas en la ciudad y cree que "no tienen que verse como una competencia para los pequeños negocios, sino como un complemento a la oferta tradicional". Además, aclaró que muchas de las franquicias que se han instalado en las calles del casco también son explotadas por pequeños comerciantes locales y promueven el empleo.

Pero la llegada de estas empresas en serie a las calles peatonales laguneras no son bien vistas por todos. Los representantes del grupo político Sí se Puede no entienden que "se esté facilitando la entrada de compañías extranjeras y de multitud de franquicias, que despersonalizan el municipio". Asimismo, Pablo Reyes, presidente de la Asociación de Vecinos del Casco, afirma que "la introducción de franquicias, aunque pueda crear empleo, significa la destrucción del pequeño local artesano". Un ejemplo que pone es el de las multinacionales de panes: "Ponen unos precios tan bajos que los dueños de los pequeños comercios locales no pueden competir y asumir, además, un coste tan alto por los alquileres de los locales", remarca.

El gerente de la Asociación del Pequeño y Mediano Comercio de La Laguna (Alapyme), Julián González, también considera que con las franquicias "se pierde un poco el perfil de la tienda tradicional", ya que las pequeñas empresas trabajan aspectos intangibles, como la tradición o la estética de los negocios. Pero también piensa que estas tiendas en serie cuentan con ciertas ventajas. Por ejemplo, no tienen que invertir tanto dinero en publicidad, porque las promociones a nivel nacional que hace la empresa ya les benefician. González afirmó que en las últimas rebajas de invierno muchas franquicias adelantaron la fecha de inicio, lo que afectó de manera negativa a las pequeñas y medianas empresas.

La implantación de estos comercios en La Laguna se debe a que es una ciudad donde hay mucho movimiento. "Aquí hay más vida", afirmó Yolanda Moliné, propietaria de Ö!mygood (calle Obispo Rey Redondo, 10), la primera tienda de yogur helado que surgió en el casco. Moliné inauguró su heladería en febrero y, actualmente, hay otras dos franquicias diferentes con un producto parecido en la misma calle. "Me arriesgué al abrir porque estábamos en invierno y no sabíamos si el yogur helado iba a funcionar", confiesa. Pero ahora está satisfecha con su elección, por que "tenemos mucha clientela". Moliné cuenta que contrató esta franquicia porque le gustó el producto y la estética. Pero no solo a ella: "Me sorprende que haya turistas que se acerquen y le hagan fotos al local". En su caso, eligió La Laguna porque "es un lugar donde el comercio está en auge".

Los propietarios de estos nuevos negocios no creen que se despersonalice el casco, sino que se moderniza. "Estos nuevos negocios dan otro ambiente a la ciudad", matizó la dueña de la heladería.

Pero no todas las franquicias llegan de fuera. En La Laguna también se encuentra un pequeño local de batidos que se hacen con chocolatinas ideado por una joven lagunera, Estefanía Abreu, que parece traída de Estados Unidos. Es una idea nueva en España, que, dentro de poco, podrá ser exportada.

Estos nuevos establecimientos dan un aspecto más juvenil a la ciudad. Según el concejal, el sector empresarial "se mueve constantemente". "Antes los locales de las calles principales estaban ocupados por sucursales bancarias. Ahora vemos empresas de telefonía móvil y tiendas de restauración", afirmó. "Todos estos cambios hacen que La Laguna no se estanque en un modelo tradicional, con la misma oferta de ocio y restauración, sino que cada semana puedan verse cosas nuevas", recalca.

Esta gran variedad de nuevos establecimientos no afectan a la estética del casco antiguo. Las casas están protegidas por la Ley Especial de Protección del Centro Histórico de La Laguna, por lo que todos los negocios deben mantener unos criterios visuales y tienen limitadas las zonas donde instalar los carteles publicitarios. Por esta razón, el casco es, actualmente, un lugar donde poder apreciar la belleza de históricas viviendas y la modernidad de las nuevas franquicias. Una ciudad donde saborear los productos de una cafetería tradicional, de una heladería artesanal o de un restaurante de estilo americano."

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